Peñíscola

Peñíscola está a 140 km o a 90 minutos en coche al norte de Valencia, la tercera ciudad más grande de España. Situada en Castellón, una de las tres provincias de la Comunidad Valenciana, la ciudad es la playa resort y el destino de vacaciones más popular de la Costa del Azahar.

La Costa del Azahar comprende más de 120 kilómetros, desde Vinaròs en el norte a Sagunto. A lo largo de la Costa del Azahar proliferan las plantaciones de cítricos, con su delicioso y embriagador aroma, de donde viene el nombre de la región.

La Costa del Azahar  como mínimo iguala a la Costa Blanca del sur en atractivo y belleza, si bien recibe a solo una fracción de sus visitantes. Esta es una de las razones que hacen destacar la Costa del Azahar entre el resto de zonas costeras más populares y transitadas. Esta zona es menos conocida fuera de España en lo que al turismo respecta, pero no tiene nada que envidiar en términos de lugares de interés, atracciones, actividades e instalaciones.

La Costa del Azahar se asienta en la encantadora, dorada y soleada costa mediterránea, y está repleta de fantásticos centros vacacionales de playa, entre los cuales Peníscola, Benicarló, Alcossebre, Orpesa del Mar, Benicàssim y Castelló de la Plana.

Esta zona goza de un clima suave, con veranos cálidos e inviernos moderados, lo que la convierte en un lugar ideal que visitar durante todo el año.

El extenso interior alto, con sus ocho parques naturales, ofrece estupendos y solitarios senderos, pues se trata de una de las regiones más montañosas de España, que también cuenta con ciudades y pueblos históricos pintorescos con encanto.

Tanto si prefieres los vastos paisajes de montaña y una buena caminata como el sol y el mar (o ambos), te alegrará saber que en Castellón hay 300 días de sol al año, ¡así que prácticamente tienes garantizadas unas vacaciones soleadas!

Añade a esta variedad una de las maravillas históricas de España y lo que obtienes es Peñíscola. La ciudad rodea el monumento más conocido y prominente de la región: el majestuoso castillo situado en una firme roca. El castillo de Peñíscola se alza 64 m por encima del agua azul clara, al final de la estrecha calzada, y cuenta con una basílica, jardines, un faro, un museo y vistas panorámicas a la Costa del Azahar. La costa, que llega hasta Benicarló, a 8 km al norte y más allá, consta de amplias playas de arena fina e impresionantes cuevas ocultas.

El promontorio rocoso fuertemente fortificado que se adentra en el Mediterráneo protege el laberinto de estrechos callejones empedrados del centro histórico de Peñíscola con unos grandes muros medievales perfectamente conservados tras los que se encuentran pequeñas casas blancas, montones de tiendas pequeñas y bonitos jardines. Al pasear por estas calles históricas, te detendrás a menudo para disfrutar de las impresionantes vistas.

Históricamente, Peñíscola solía asociarse a una época medieval tardía y a Pedro de Luna o el papa Benedictus XIII en particular, más conocido como Papa Luna (1328-1423). Sin duda esto se debe a que pocas ciudades, además de Roma y Aviñón, pueden presumir de tener un estatus de pontificias. Además, Benedictus XIII llevó a cabo las últimas reformas realizadas en el castillo de los Reyes Templarios que tenemos el privilegio de contemplar hoy en día.

Pero Peñíscola tiene una historia mucho más larga y rica, que se remonta más de 2500 años hasta la historia antigua y muy probablemente hasta la prehistoria.